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Usos del aceite de eucalipto, más de los que imaginas.

Este aceite esencial proviene del árbol Eucalyptus globulus Labill. Originario de Australia y Tasmania, y de la familia de las Myrtáceas (con muy pocos representantes europeos).

Casi todo el mundo conoce el aroma del aceite de eucalipto, aunque sea de forma indirecta, ya que es el olor característico de una conocida medicina utilizada para poder respirar bien.

Pero es mucho más, ya era un remedio natural usado por los aborígenes australianos para combatir la fiebre. Fue introducido en Occidente en el siglo XIX por el director del Jardín Botánico de Melbourne y el cultivo del árbol se extendió por el sur de Europa y América del Norte. Las propiedades de los aceites de las diferentes especies varían ligeramente, pero todos son muy antisépticos.

Aunque se puede emplear como uso interno no lo recomendamos a nivel casero.

El aceite esencial, extraído por destilación de las hojas y ramas, es una de las esencias más antisépticas del mundo vegetal. Además es analgésico, antiespasmódico, expectorante, cicatrizante, desodorante, febrífugo, vermífugo (contra gusanos intestinales) y vulnerario (que cura las heridas).

Muy utilizado para descongestionar las vías respiratorias, por tanto muy efectivo para molestias catarrales, bronquitis y congestión pulmonar. También tiene acción antiviral, esta excelente característica la podemos aprovechar al rociar con éste aceite esencial puro, ya que dos de sus componentes químicos (aromadendreno y felandreno) cuando se ponen en contacto con el aire generan ozono que dificultan la supervivencia de las bacterias.

Muy importante: contraindicado en bebés y menores de 3 años ya que es demasiado broncodilatador para ellos.

Combina muy bien con aceites de maderas, resinas, cítricos u otros herbales, como romero, tomillo o lavanda, para potenciar aún más sus propiedades antisépticas.

Frutos del eucalipto

Frutos del eucalipto

Aplicaciones del aceite esencial.

Compresas: se empapa una compresa en 2ml de aceite disperso en 100ml de agua y se aplica sobre las inflamaciones, las articulaciones doloridas y las quemaduras.

Gargarismos: diluir 5 gotas de aceite en un vaso de agua, mezclar bien y hacer gárgaras contra las infecciones de garganta.

Friegas: se diluyen 0,5-2 ml de aceite en 25 ml de aceite de almendras para los catarros, la bronquitis, el asma y la gripe.

Inhalaciones: se añaden 10 gotas de aceite en un poco de agua caliente y se inhalan los vapores contra las infecciones del pecho y sinusitis.

Aceite: se diluyen 2 gotas de aceite en 10 ml de aceite de girasol y se aplica sobre aftas y herpes.

Aceite de masaje: se combinan 10-20 gotas de aceite de eucalipto con 10-20 de romero y 20 ml de almendras para dolores reumáticos o artríticos.

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Consejos para sentirte como en una barbería, en casa

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Que estás en casa y no sabes muy bien que hacer?…. Pues cuídate, dedícate un poco de tiempo para ti mismo. Lee, cultiva tu mente, haz un poco de deporte, o hazte algún cuidado especial. Podemos empezar por una limpieza de cara con un exfoliante (esto es recomendable, al menos, una vez por semana), o podemos prepararnos un pequeño ritual para sentirnos como en una barbería, y oler como si acabáramos de salir de ella.

Una de las mejores sensaciones de una barbería es la increíble sensación relajante de las toallas calientes en la cara. Hay una razón práctica para este ritual y es que el calor prepara la barba, la ablanda para que el barbero pueda hacer un agradable, cómodo y apurado afeitado.

Como no siempre podemos permitirnos el lujo de disfrutar un relajante afeitado en una barbería clásica (o moderna, de las que ahora parecen resurgir) y poder disfrutar de este pequeño placer he decidido tomarlo como una rutina a la hora del afeitado (siempre y cuando tenga un poquito de tiempo). Para ello os aconsejo las siguientes maneras de poder disfrutar de la sensación de la toalla caliente en la cara.

Paso 1: Conseguir una toalla.

Vale cualquiera, pero os recomiendo una toalla de mano ya que el tamaño se ajusta mejor a la cara. Puede ser de algodón o de lino, entre otras cosas. Para la cara es mejor la toalla de algodón, y si queréis más lujo… que tenga un gramaje alto, no menos de 380gr. En La Barbería Shop, tenemos toallas de gramaje de 600gr, muy superior al normal.

Paso 2: Escoger el aceite esencial

Este paso es muy importante, no vale cualquier cosa, no los compres en sitios… bueno ya sabes… y sobre
tolavender-354680_1280do elige el que te guste o según el momento, puedes ir probando con varios. A mí especialmente me gusta el de lavanda, todo un clásico de barbería, pero también el de bergamota (este es un cítrico a medias entre naranja y limón, con un olor único característico), o si tengo que despejar las vías respiratorias pues uno de eucalipto, y como no, aceite esencial de sándalo (muy utilizado en las cremas y jabones de afeitar, tiene un olor a madera de bosque), y el de menta (que proporciona una increíble sensación de frescor gracias al mentol). También están muy bien los aceites que son mezclas de varios y que unidos cumplen una función, como por ejemplo, las mezclas de aceites relajantes, los de felicidad o los sensuales…

Una vez elegido debemos aplicarlo en la toalla. No vale tirarlo sin más, ni derramar todo el bote, si el aceite es bueno, es muy concentrado, con lo que con unas pocas gotas será suficiente (2-3 gotas). Ponlo en el centro de la toalla, con la toalla seca. Encuentra tu aceite esencial preferido aquí. 

Paso 3: Calentar la toalla

Es el momento de convertir la vulgar toalla de baño en la caliente y confortable toalla del más exquisito barbero londinense.  Para ello tenemos varias posibilidades:

Calentarla en el lavabo echándole agua caliente, o bajo el grifo del lavabo directamente o sumergiéndola en el agua caliente acumulada, procurando que esté muy caliente.

Método microondas: también podemos calentar la toalla al microondas, para ello, necesitamos una fuente de pírex o  un plato de pírex,  mojamos la toalla y luego la escurrimos,  la ponemos unos 30 segundos. Este método es muy rápido, pero no nos vamos a poner la toalla en la cara deprisa y corriendo, os recomiendo llevar la toalla caliente en el recipiente del microondas donde la hemos calentado para colocárnosla en el baño y allí disfrutaremos del último paso.

Paso 4: Aplicarnos la toalla caliente.

Tómate tu tiempo, disfruta del momento, relájate y déjate la toalla puesta, un ratito… hasta que empiece a enfriarse, entonces, es cuando deberías empezar a afeitarte.

Después de este pequeño lujo, también te recomendaría que poco a poco, o todo de una vez, según sea tu poder adquisitivo, te fueras agenciando un conjunto de afeitado clásico, con una brocha de pelo de tejón, una maquinilla clásica, un pre shave si tienes la piel delicada, y una crema o jabón de afeitar buenos, de esos que cuando los usas te sientes diferente, y para rematar la faena, una after shave  de calidad. Verás como el día se afronta con otra cara y otro ánimo.

Encuentra todo lo necesario para tu afeitado clásico aquí. Y si tienes alguna duda pregúntanos…